He aquí un gran fotógrafo, de mis favoritos, por la manera en que captura las expresiones de las personas siempre buscando la sinceridad y esa verdad que muchas veces se esconde bajo un manto que deforma la realidad del momento.
Todo comienza cuando descubre la vieja cámara fotográfica de su padre y empieza a retratar a sus familiares y amigos.

Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando las tropas de Hitler invaden Paris, se ve obligado a refugiarse en Marsellés, para poder escapar del fascismo Europeo, pero gracias a la intervención de Albert Einstein, quien años antes había conocido a su hermana, obtiene un permiso para entrar a Estados Unidos llegando a New York en Noviembre de 1940.
Su trabajo a la llegada a este nuevo país consistirá en retratos para grandes revistas, muchas de sus fotografías se encontrarían en importantes publicaciones, logrando retratar a grandes celebridades, políticos e intelectuales.

Creador de la “jumpology”, donde trata de retratar a las personas saltando, porque es ahí cuando obtiene una imagen más esporádica, sincera y natural del fotografiado, no pudiendo controlarse así la expresión del rostro, llegando a la conclusión de que cuando la persona salta, su expresión revela el verdadero carácter que muchas veces esconde, como él solía decir: “En un salto la máscara se cae. La persona real se hace visible.”

En sus palabras está el gusto por la fotografía: “La fascinación con el rostro humano, nunca me ha dejado…Cada rostro que veo parece esconderse y algunas veces fugazmente comienzan a revelar el misterio de otro ser…Capturar esta revelación se hizo objetivo y la pasión de mi vida.”
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